Una casa de pueblo es una casa con patio. El patio hace posible que la casa pueda abrirse al exterior de la calle, o replegarse hacia el interior sin reducir la riqueza visual del espacio.
Las dimensiones del solar impedían el patio posterior típico, pero permitían un patio central y hacia este se abren todas las dependencias de la casa sin excepción.
Las dimensiones del solar impedían el patio posterior típico, pero permitían un patio central y hacia este se abren todas las dependencias de la casa sin excepción.
La relación interna de la vivienda se logro acristalando completamente las paredes que delimitan el patio ofreciendo la posibilidad de tener vistas cruzadas entre todas las habitaciones de cualquier planta.
La relación con la calle se controló mediante una doble fachada. La fachada interior de cristal para control térmico y acústico y la exterior mediante una celosía de aluminio para tamizar el sol y las vistas.
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